martes, 29 de octubre de 2013
La magia de la luna
Llevo una temporada intentando sacar fotos de la luna. El sol sale cada día. Fotografiar un amanecer es relativamente fácil. Para sacar a la luna llena tienes que esperar 28 días y que las condiciones atmosféricas te acompañen, es decir, que por lo menos, no esté nublado. La foto de esta luna también tiene su historia.
El pasado mes de agosto hicimos una excursión a pie desde el arenal de Jávea hasta la playa del la Granadella (en Alicante, cerca del Cabo de la Nao). En verano allí las temperaturas son altas y hay bastante humedad. Caminar bajo el sol a según que horas es una insensatez así que decidimos caminar por la noche, que resulta más fresquito y emocionante. Salimos del arenal al atardecer y la luna nos acompañó todo el camino. No había nubes, apenas nos hicieron falta linternas. Éramos unas quince personas de las más variadas edades. Al llegar a la Granadella, la mayoría se bañaron a la luz de la luna. Hacía una noche preciosa, fresca y ventosa por lo que yo no me animé al baño sino que aproveché la ocasión para sacar fotos a la luna llena, a su reflejo sobre el mar. Estaba disparando cuando mi hijo Daniel se puso delante de la cámara. Lejos de estropear la foto, la hizo más interesante. Al fondo, en el agua se puede adivinar a nuestros compañeros de viaje disfrutando su baño.
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